Pasantía en Madrid… entre bichos, creaturas y una intimidad más que humana, por Leonora Beniscelli

¿De qué está “hecha” la intimidad de las niñas en el allá-entonces del siglo XX? ¿Qué relaciones, enredos/entrelazamientos la configuraron? ¿Qué memorias encarnadas surcan/emergen cuando se recuerda/piensa en lo íntimo en la infancia? ¿Qué seres, artefactos, frases/dictámenes, espacios, escenas, toques (en el sentido de ser tocada), silencios, emociones…se enrredan en las memorias encarnadas de mujeres que vivieron su infancia en el siglo XX? ¿Cómo fluyen a través de esos entrelazamientos íntimos más-que-humanos los aprendizajes de “género” y clase? Es decir, ¿de que manera en y a través de nuestras relaciones de intimidad introyectamos y corporealizamos la posición de “niña” en femenino y de un determinado grupo social?

Vallecas, Madrid. Enero de 2022.
Notas tomadas durante la pasantía.

Nueva cepa, Omicrón.


Pocos días antes de viajar a Madrid para iniciar mi pasantía, nos enteramos mi esposacompañera y yo, de la aparición de una nueva cepa del Covid en África, anunciando su pronta llegada a España. No pasó una semana y ya en algunas comunidades de la metrópoli se reactivaban toques de queda y la exigencia de tener pasaporte sanitario para acceder a diversos lugares.

Es octubre de 2019. “Estallido social”, primavera chilena, insurgencia popular. La efervescencia de ese momento se proyecta en el tiempo y para el 25 de noviembre – día internacional de lucha contra la violencia hacia las mujeres– el colectivo Las Tesis convoca, en Santiago, a una intervención callejera titulada ‘Un violador en tu camino’. La intervención se repite los días siguientes alrededor del mundo. Mujeres y disidencias sexuales de todas las edades, todos los colores, todas las lenguas hacen suya la canción y la coreografía, la reescriben y utilizan para denunciar diversas injusticias institucionalizadas. ‘Un violador en tu camino’ se realiza en patios de colegios, explanadas exteriores de ministerios, tribunales, edificios y monumentos que simbolizan el ensamblaje de patriarcado y colonialidad sobre el que se asientan las versiones oficiales de la
historia, especialmente de las naciones postcoloniales.

Es diciembre de ese mismo año y aún la revuelta está viva en el cuerpo; también la violencia política a la que nos ha tocado asistir y el terror de pisar calles todavía militarizadas. Casi por casualidad llego –avisada a última hora– de un conversatorio con dos académiques de Madrid, Carmen Romero-Bachiller y Dau García-Dauder, en la Universidad de Valparaíso. Título de la convocatoria: “Epistemologías feministas y activismo: ¿Fertilizaciones cruzadas?”. La intervención de Las Tesis se torna hilo conductor de esa conversación. Al finalizar el encuentro, me animo a acercarme y pedirles a ambes sus correos.

Es enero de 2020. En cuatro días más defiendo mi examen de candidatura. Pese a mi constante desorden encuentro la libreta en la que anoté sus correos y les escribo. Desde que entré al doctorado tuve el deseo de tener nuevamente la experiencia de vivir un tiempo fuera de Chile (hice mi maestría en Buenos Aires y es de las más hermosas y decisivas cosas que me pasó en la vida). Este deseo es además incentivado por mi profesor tutor quién desde el principio confió en mi proyecto, en sus potencialidades y en lo beneficioso que sería para mí poder intercambiar ideas con expertas/os de otras latitudes. Les escribo para retomar contacto y les cuento del que era –en ese entonces– mi proyecto de investigación. En ese e-mail pongo: “mi proyecto de tesis doctoral es una etnografía sobre la intimidad en la infancia de niñas de clase media alta en el siglo XX. Es un proyecto con un trabajo de memoria oral y con archivos familiares en donde el estudio de la infancia se intersecta con la perspectiva feminista”. Algo muy diferente a lo que finalmente fue mi trabajo de campo, pandemia mediante (no hice etnografía ni pude tocar un solo archivo familiar), y los devenires teóricos que ha ido experimentando el proyecto. Desde ese correo nos mantuvimos en contacto y a un año y medio de iniciada la pandemia pudimos dilucidar una fecha en que fuese posible concretar el viaje. No voy sola. Mi esposacompañera realizará una pasantía en Granada, y por el tiempo de estadía total de ambas, viaja con nosotras también la creatura que hemos adoptado para cuidar: Donna Chakravorty, nuestra perrita con una patita coja.

A la izquierda Donna Ch. y al fondo nuestro barrio, Vallecas. La ventana trasluce que adentro es Navidad.

La temática de mi pasantía finalmente serán las epistemologías feministas y las ontologías relacionales –específicamente la Teoría del Actor Red –cuyas siglas en inglés son ANT (Actor-Network Theory), como hormiga, pues Carmen Romero-Bachiller trabaja desde esta perspectiva– y sus aportes para estudiar la infancia, a partir recuerdos que giran en torno a los aprendizajes de “género” y sexualidad. Estos últimos son territorios en que también se ha adentrado Dau García-Dauder en su texto “Memorias revueltas” en “El libro del buen Vmor. Sexualidades raras y políticas extrañas” publicado en 2020.

Llegamos a Madrid a fines de noviembre con el temor de vivir nuevamente la rutina de contagios y confinamientos que habíamos pasado en Chile. Por suerte, a diferencia de otras
comunidades, en la de Madrid no se repusieron restricciones además de usar obligatoriamente la mascarilla en la calle. De todas formas, recién conocida la nueva cepa, la presencialidad disminuyó pues los contagios estaban a la orden del día.

Mi pasantía se dividió en dos partes: antes y después de las vacaciones de navidad, que en España parten el 20 de diciembre y terminan para la mayoría de las personas el día después de “Reyes” que es el 9 de enero. Sin embargo, en las universidades el segundo semestre lectivo recién comienza a fines de enero (antes sólo hay exámenes de grado, por ejemplo). Así es que mi pasantía se retomó en ese momento y hasta el 20 de febrero.

Debido al Omicrón la primera parte de la pasantía, a pesar de estar en Madrid, la realizamos por zoom. Recién durante la segunda parte, asistí a las clases que Carmen Romero-Bachiller dicta en el Máster “Análisis Sociocultural del Conocimiento y de la Comunicación”, sobre culturas del cuerpo y el género. También en esta segunda parte pudimos reunirnos les tres presencialmente.

De todas maneras, aunque virtuales, la primera ronda de reuniones con ambes profesores fueron sumamente significativas. En ellas presenté tanto la estructura del proyecto (objetivos, metodología, enfoque, etc.) como hallazgos que se desprenden del ejercicio de mapeo que estoy realizando. Cabe consignar en este punto que realicé la pasantía habiendo finalizado el trabajo de campo e iniciando el análisis de los resultados. El análisis de mis datos consiste en navegar las narrativas que hemos co-creado con las 12 participantes de mi investigación3 y mapear (graficar) 1) efectos de captura/sujeción de las niñas que fueron, 2) líneas de fuga que trazaron caminos de subversión, 3) Fronteras, tránsitos, trayectos que surcaron su infancia. Y cuando digo mapear, lo que estoy haciendo es graficar visualmente este análisis, a través de enormes y complejos diagramas que realizo en un programa de diseño que se llama Miro. Mapear, entonces, lo estoy traduciendo como la diagramación visual de la matriz analítica aplicada a cada una de las 12 narrativas que he co-creado con las participantes de la investigación. A continuación, presento una imagen que corresponde al mapeo de una sola de las 12 narrativas co-creadas con las participantes. Si bien no se lee, permite imaginar la densidad de los datos obtenidos. De todas maneras, agrego una imagen en que hago “zoom” a un fragmento:

Mapeo de una de las narrativas
Zoom de un fragmento

En extensas reuniones virtuales, gracias a la posibilidad de compartir pantalla, pude mostrarles detalles de estos mapas y comentar con elles las ideas que he ido desplegando respecto de mi pregunta de investigación (¿Cómo se (re)configuró la intimidad en la infancia de mujeres de clase media-alta, a través del tiempo, intra e inter-generacionalmente?) y mi primer objetivo: Describir e historizar materialidades (cuerpos humanos, no humanos e inanimados) y discursos (enunciaciones, imágenes, omisiones, etc.) que, entrelazados, configuraron la intimidad en la infancia de mujeres de clase media-alta chilena en el siglo XX. En este sentido, tener ya trazados algunos hallazgos nos permitió adentrarnos en un diálogo preci(o)so respecto de mis datos y que elles pudieran aportarme sugerencias de lecturas y conceptos sumamente fértiles con los que pensar para ir-más-profundo en mis análisis de los materiales narrativos y visuales resultantes del trabajo de campo.

En específico, conceptualmente fueron muy importante sus orientaciones y precisiones respecto de las nociones de ensamblaje (assemblage) y entrelazamientos/enrredos (entanglements). Respecto de bibliografía, la literatura que me sugirieron revisar ha resultado sumamente reveladora e iluminadora al permitirme anclar sensaciones/impresiones que surcaron el trabajo de campo y que se han intensificado con el proceso de mapeo/análisis de los materiales. Por ejemplo, “marcas” de clase que aparecen en mis datos y que son también orientaciones hacia determinada performance de una feminidad heterosexual y algunas ideas sobre cómo abordar en el texto final las implicaciones afectivas que tuvieron y siguen teniendo los vínculos tejidos con las participantes. Y algo muy relevante que emergió en el diálogo con Carmen Romero-Bachiller y Dau García-Dauder es cómo “la intimidad” no es sólo “el tema” de mi investigación sino que la ha atravesado siendo evidente, por ejemplo, en la densidad y espesor de los materiales narrativos visuales co-creados y que “hablan” de la intimidad que se generó en las conversaciones con las participantes (entrevistas en profundidad) a pesar de la virtualidad. Quiero decir con esto que los materiales creados son sumamente “íntimos” y alcanzan “el nivel” del cuerpo.

A continuación listo alguna de la bibliografía que me sugirieron para poder abordar estas cuestiones:

Los libros de Sarah Ahmed Queer Phenomenology Orientations, Objects, Others y Living a feminist life que la editorial catalana Bellaterra tradujo al español. Y de Donna Haraway Las
promesas de los monstruos. Ensayos sobre Ciencia, Naturaleza y Otros Inadaptables (2019) y Seguir con el problema: Generar parentesco en el Chthuluceno (2019)
Respecto de algunos artículos recomendandos también:

  • Rosón-Villena, M., & Medina-Domenech, R. (2017). Resistencias emocionales. Espacios y presencias de lo íntimo en el archivo histórico. ARENAL, 24(2), 407–439.
  • Puig de la Bellacasa, M. (2011). Matters of care in technoscience: Assembling neglected things. Social Studies of Science, 41(1), 85–106. https://doi.org/10.1177/0306312710380301
  • Callén Moreu, B., & López Gómez, D. (2019). Intimate with your junk! A waste management experiment for a material world. The Sociological Review, 67(2), 318–339. https://doi.org/10.1177/0038026119830318
  • Esteban, M. L. (2004). Antropología encarnada. Antropología desde una misma. Papeles del CEIC, 21.

Y las tesis doctorales de María Rosón y Carmen Romero:

  • Rosón-Villena, M. (2014). La construcción visual de identidades en la España franquista a través de los medios (1938-1953) [Universidad Autónoma de Madrid]. https://repositorio.uam.es/bitstream/handle/10486/660741/roson_villena_maria.pdf?sequence=1
  • Romero-Bachiller, C. (2006). Articulaciones identitarias: Prácticas y representaciones de género y “raza”/etnicidad en “mujeres inmigrantes” en el barrio de Embajadores [Universidad Complutense de Madrid]. https://www.bibliotecafragmentada.org/wp-content/uploads/2021/07/tesis_Carmen_Romero_Bachiller.pdf

También, ha sido gravitante contar con la experiencia de ambes profesores realizando investigaciones que se aproximan temáticamente a la mía y cuyas formas de organizar y nombrar los hallazgos no sólo resuenan con los avances de mi trabajo de campo, sino que me han permitido mejorarlo. Esta afinidad fue uno de los principales motivos que me impulsaron a buscar más allá de las fronteras nacionales, investigadores con quiénes intercambiar ideas sobre cómo desplegar/conjugar las ontoepistemologías feministas posthumanistas y post/decoloniales en una investigación sobre los aprendizajes de género y clase social que fluyen en los entrelazamientos de intimidad en la infancia de las mujeres. En este caso, mujeres chilenas emparentadas a través de la línea materna, y que fueron niñas en el siglo XX. En mi investigación, estoy buscando conocer, desde ‘otra’ perspectiva onto-epistemológica y para Chile (desde ontologías relacionales, nuevos materialismos) los mecanismos íntimos de introyección y corporealización del género, la sexualidad y la clase social en la infancia de mujeres de clase media-alta, en tanto dispositivos que gobiernan/domestican sus cuerpos, conductas y deseos. Me focalizo, por tanto, en las interacciones cotidianas y microfísicas en las que las niñas de clase media-alta han estado involucradas y en su participación como una fuerza/un agenciamiento más que interactúa/participa de la reproducción social. También, me he permitido en todas las etapas de la investigación – en el diseño, trabajo de campo y actualmente en el análisis de los datos que como se ha visto, relaciono con los verbos sumergirme, navegar, mapear– practicar cierto tipo de ‘indisciplina’, no tanto porque es estimulante para mí como investigadora y creadora sino porque estoy convencida que este gesto es un portal para una mayor experimentación teórica y metodológica que “podría proporcionar al campo [de los Estudios Críticos de Infancia] un potencial renovado para la producción de conocimiento crítico” (Spyrou, 2018, p. 11). Se trata entonces de una investigación novedosa teórica, temática y metodológicamente a nivel nacional, lo cuál significa un enorme desafío para mí como investigadora “joven”. Para hacer frente a este gran desafío –y caminarlo más acompañada–, fue invaluable intercambiar ideas y establecer vínculos con estes investigadores que han desarrollado cruces afines a los que busco establecer en mi tesis doctoral, en su propio quehacer investigativo: tendiendo puentes entre ontologías relacionales y epistemologías feministas posthumanistas, descoloniales y postcoloniales para estudiar los enmarañados efectos de los dispositivos de “género”, sexualidad, “raza” y clase social [en el caso de mi trabajo de investigación doctoral, específicamente en la infancia de quienes corporealizamos y devenimos sujetas en la intersección “mujeres” “de clase media-alta” ]. Estas conexiones y coincidencias han contribuido a que mi estadía fuese sumamente provechosa también para proyectar un diálogo académico con ambes investigadores más allá del Doctorado.

Una actividad que pude realizar en paralelo a las propiamente “académicas” y que me parece significativo también mencionar, fue asistir a exposiciones en los museos más importantes de Madrid. La más decidora para mi investigación fue la exposición “Un lago de Jade Verde”, curada (organizada) por el Instituto de Estudios Postnaturales (Institute for Postnatural Studies). En dicha exposición una serie de artistas contemporáneos exponen obras que han desarrollado en diálogo (inspiradas) con textos, por ejemplo, de teóricas feministas posthumanistas cuyos aportes forman parte de mi caleidoscopio conceptual: me encontré con obras inspiradas en “Los niños del compost” (capítulo del libro “Seguir con el problema”) y “El patriarcado del Osito Teddy” (capítulo del libro “Las promesas de los monstruos”) de Donna Haraway. También, de manera general, la exposición estaba influenciada por los aportes de Karen Barad y otras teóricas neomaterialistas. El Instituto de Estudios Postnaturales es “una plataforma de pensamiento crítico; un lugar en red que [pone] en común a artistas e investigadorxs preocupadxs por las cuestiones de la crisis ecológica global, mediante formatos experimentales de intercambio y producción de conocimiento abierto” (según figura en su sitio https://instituteforpostnaturalstudies.org/) Resultaba llamativo que al final del recorrido por las obras se podía apreciar una larga lista de bibliografía utilizada, algo inusual en las exposiciones artísticas.

En el marco de las sesiones de clases a las que asistí con Carmen Romero, realicé un ejercicio de suma relevancia para mi tesis doctoral. Se trata de un trabajo inspirado en la propuesta de Mari Luz Esteban de una antropología encarnada: los itinerarios corporales. Al finalizar la primera sesión la consigna era pensar en alguna experiencia vivida en la que el cuerpo como materialidad hubiese ocupado un lugar central, inefable, en la que se nos haya hecho ineludiblemente presente. Escribí un texto gatillado por mi trabajo de tesis que pienso incorporar de alguna manera en el manuscrito final. Decir finalmente que, en los momentos que he tenido para decantar y poner por escrito algunas notas relacionadas con la pasantía –este texto por ejemplo–, he podido palpar que las palabras que hoy tengo para comunicar/lenguajear respecto de mi trabajo de investigación se han multiplicado, diversificado y “afirmado”, lo que habla de cómo los aportes que he descrito cobran vida y comienzan a ser movilizados.

Frontis de la Biblioteca Miguel Hernández, en nuestro barrio Vallecas.
Después de dos años finalmente estudiando en una biblioteca.